Tras el nacimiento y después de algunas semanas, la familia se reúne para conocer al bebé de Ana. Las tías y primas aprovechan para recordar anécdotas de sus hijos o sobrinos cuando eran pequeños: “El mío dormía desde las 8 de la noche”; “Mi niña desde las dos semanas dormía de corrido”, “Nunca tuve problemas”. Todas las familias parecían tener historias color de rosa menos Ana, que sólo puedo confesar: “nosotros no hemos dormido casi nada, mi bebé llora mucho en la noche”.
Esta es una situación muy común que atraviesan las familias. El llanto nocturno en bebés es una preocupación común para los padres y madres, y puede ser indicativo de algunos problemas o necesidades. Comprender las causas subyacentes y patrones típicos de llanto puede ayudar a abordar mejor esta situación. Además, recuerda que cada bebé es diferente y que de poco sirve compararse con otras familias.
5 Causas Comunes del Llanto Nocturno en Bebés
Hambre: una de las causas más frecuentes del llanto nocturno es el hambre. Los recién nacidos, sobre todo, necesitan alimentarse con más frecuencia. Según la American Academy of Pediatrics (AAP) los bebés menores de seis meses necesitan alimentarse cada 2 a 4 horas en promedio.
Sueño: esta es la segunda causa más común del llanto en los bebés de acuerdo con la AAP. Ya sea por un cambio en el patrón de siestas o por sobreestimulación, un bebé que no puede conciliar plácidamente el sueño, tiende a llorar por la noche.
Malestar digestivo: los cólicos, gases y reflujo gastroesofágico son una causa común de llanto nocturno. De acuerdo con el centro Nemours Children’s Health estas molestias se pueden presentar desde las 2 semanas de vida y puede durar hasta pasados los 4 meses, causando episodios de llanto intenso.
Problemas de salud: el llanto es la única forma en la que un bebé puede expresar algún malestar físico. Es importante estar atentos y observar si se presentan otros síntomas además del llanto, como fiebre, cambios en el apetito o aparición de moco o dermatitis.
Incomodidad por la ropa o pañal sucio: La ropita demasiado ajustada puede acalorar a los bebés, además en la zona del pañal pueden presentar incomodidad si están rozados, esto causa llanto nocturno y molestias.
¿Cómo Identificar las Señales de Incomodidad o Dolor en tu Bebé?
Los bebés presentan ciertos comportamientos para avisar que sienten incomodidad o dolor, de acuerdo con Healthy Children las más comunes son:
Llanto excesivo: se estima que los bebés normalmente lloran de 1 a 3 horas diarias por hambre, sed, cansancio o que necesitan compañía. Pero cuando un bebé llora con demasiada frecuencia, sobre todo en la noche, puede deberse a cólicos, gases excesivos, reflujo o algún otro problema.
Tensión muscular: algunos bebés encojen los brazos y las piernas, aprietan los puños o mantienen el cuerpo rígido, estos espasmos indican que el bebé está incómodo.
Arquea su espalda y se echa hacia atrás: el bebé puede arquear su espalda y estirarse hacia atrás a causa de molestías gástricas como el reflujo.
Gestos faciales: hay bebés que fruncen el ceño, aprietan los ojos o les tiembla la barbilla, todas estas expresiones faciales son indicadores de algún malestar físico en los bebés.
Perturbación del sueño: los bebés que tienen incomodidad a menudo están irritables en el día y duermen menos, esto les provoca agotamiento a la hora de dormir.
Estrategias para Calmar a un Bebé que Llora en la Noche
Respira profundo y conserva la calma: ver llorar a tu bebé es una situación muy estresante, pero trata de respirar profundo y recuerda que esto va a pasar. Una vez que identifiques las causas del llanto nocturno, podrás tomar acción y hacer cambios en la rutina para ayudar a tu pequeño.
Apóyate de técnicas de arrullo: el movimiento suave y repetitivo ayuda a calmar el llanto de tu bebé. Puedes envolverlo en una mantita, utilizar una silla mecedora o una pelota de yoga para crear un ritmo de balanceo constante que lo ayude a relajarse.
Crea un ambiente tranquilo: puedes poner ruido blanco suave o música de relajación a un nivel bajo para ayudar a tu bebé a sentirse más tranquilo en estos episodios de llanto.
Contacto piel con piel: está comprobado que los bebés sienten calma al sentir, oler y escuchar los latidos del corazón de mamá, papá o quién los está arrullando. Sentir la cercanía es una fuente de consuelo para un bebé llorando.
Darle un masaje: frotar su piel suavemente ayuda a relajar sus músculos y aliviar el dolor. Los masajes circulares en sentido de las agujas del reloj pueden ayudar a tu bebé con el exceso de gases y molestias estomacales.
¿Cuándo Consultar al Pediatra por el Llanto Nocturno de tu Bebé?
Es importante tener en cuenta que si el llanto excesivo persiste sin ninguna explicación y no desaparece, a pesar de los cambios en la rutina, es momento de contactar a tu pediatra.
Además, el médico te ayudará a reconocer los síntomas e identificar si tu bebé llora en la noche debido a algún episodio de cólicos o reflujo.
El pediatra te hará una evaluación precisa y ofrecerá opciones de tratamiento, como cambios en la alimentación de la mamá para los bebés que toman leche materna; cambiar a fórmulas de leche con proteína parcialmente hidrolizada o recomendar probióticos para fortalecer su flora intestinal.
Recuerda que esta etapa pasará pronto
Las noches de llanto inconsolable pueden ser un verdadero reto para las familias, ya que la privación de sueño por meses puede afectar el estado de ánimo de quienes tienen a un pequeño bebé en casa.
Por eso es muy importante estar pendiente de todas las posibles causas que provocan el llanto nocturno y hacer los ajustes necesarios para transitar esta etapa que parece interminable.
Cuando menos te des cuenta, esto habrá pasado y en menos de lo que imaginas, pasará de ser un recién nacido de pocas semanas a cumplir su primer año de vida y convertirse en un pequeño o pequeña que quiera explorar el mundo con mucha emoción.
Fuentes:
Llanto en niños menores de 3 meses de edad. Healthy Children ORG. Consultado y disponible en septiembre de 2024 en:
Mantén la calma: enfrentar las primeras enfermedades de tu bebé puede ser difícil, pero con estos consejos podrás actuar con seguridad y cuidarlo mejor. ¡Confía en ti misma, mamá!
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